GALLO DE MORÓN
El tiempo no ha podido borrar de la memoria la noche del dos de mayo de 1982, cuando el Gallo de Morón, en la provincia de Ciego de Ávila, retornó a su pedestal para proclamarse como símbolo innegable de este pueblo. Precedieron a la fecha, jornadas de intenso quehacer en la confección de una escultura de considerable tamaño y delicados contornos, donde la artista Rita Longa puso su empeño para que la obra alcanzara el relieve imaginado. Quiso realizar la escultura en el más absoluto silencio. Concluida la fundición del hermoso y plumado gallo, siempre estuvo entre las preocupaciones de la artista el instante del acople de la pesada escultura a la base de su monumento. Estaba previsto que esas operaciones se realizaran después de la medianoche para evitar a los curiosos, pero sucedió todo lo contrario y el montaje fue un acontecimiento popular.

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